miércoles, 24 de diciembre de 2014

Las variables tácticas de Luis Enrique (I).

Luis Enrique fue contratado para llevar a cabo el cometido de recuperar la mejor versión de un equipo plano y horizontal, para llevarlo de nuevo al éxito a través de un sistema de variantes que pudiera volver a sorprender a nuestros adversarios, que cada año nos tenían mejor estudiados. El proceso es lento y complicado, y la adaptación de los jugadores a los nuevos conceptos requiere un proceso de calma, poco propicio en un club con necesidades permanentes y con ganas de gloria a corto plazo. Sin embargo, encontramos razones de peso que nos invitan a pensar que las alternativas existen y que podemos tomar ciertos atajos a la hora de afrontar los diferentes rivales que nos encontraremos en cada una de las competiciones. Nadie asegura el éxito a corto o medio plazo, pero estamos seguros de que un nuevo Barça se construye desde los cimientos, desarrollando una nueva idea que no incluye renunciar a los viejos principios de la filosofía blaugrana. Aquí, mostramos un resumen de las distintas variantes que ofrece este renovado FCBarcelona:

Los comienzos y defensas cerradas: La temporada comenzó condicionada por la ausencia de Luis Suárez hasta finales de Octubre. El calendario, empezaba midiéndonos a conjuntos fuertes defensivamente que esperarían en su campo hasta poder aprovechar alguna contra para resolver el partido. Luis Enrique optó por mantener el esquema final de la pasada campaña, aprovechando el juego por las bandas con dos carrileros que llegan hasta línea de fondo y dos extremos bien abiertos, dejando a Messi el camino libre por el medio combinando con Iniesta o Rakitic. Encontró su talón de aquiles en Málaga (0-0) donde un equipo embotellado resistió el envite, y terminó con la idea en el descanso de Almería (1-0 y 1-2) donde puso fin al juego opaco en la medular y estéril con los centros en banda. Aquí os reflejamos el tipo de esquema empleado:


Barca1 - Football tactics and formations


Para llevar a cabo este planteamiento, recurría a la acumulación de efectivos en la zona central del tablero, todos con la mira puesta en la portería contraria, mientras los laterales estaban poblados. Sin embargo, cualquier tipo de planteamiento ultradefensivo podía resistir un ataque que terminaba por sentirse estático, nulo de movimientos, y en el que las temidas contras rivales tenían su éxito ante un repliegue lento en el que Mascherano, el único hombre rápido que mantenía su posición, aparecía como el mejor del partido en labores defensivas cuando sabemos que no es un gran central en estático. La idea, desterrada por la gran cantidad de balones perdidos en circulación debido a la acumulación de efectivos, se perdió en el limbo y nunca volvimos a ver el juego insistente por bandas con centros prolongados hacia la nada que tanto nos desesperó el año pasado. Éste, llegaba a ser el dibujo que tanto nos cansamos de observar una y otra vez:



Barca2 - Football tactics and formations

Como veremos más adelante, Mascherano poco a poco fue perdiendo protagonismo en el centro de la zaga, pasando a ocupar un lugar de privilegio en el centro del campo, en un nuevo esquema diseñado por Lucho que ya no precisaba de un defensa rápido para frenar las acometidas rivales. Piqué y Mahieu, junto a Bartra, dejaron de alternarse las posiciones de central para ocupar cada uno de ellos una plaza. Incluso, en ciertas ocasiones se eliminó la circunstancia de tener dos carrileros ofensivos en banda colocando al central francés en el flanco izquierdo, por poner un ejemplo. Nunca más volvimos a ver la reiteración de centros al área que no encontraban destinatario entre una serie de jugadores inexpertos e incapaces de entrar con garantías al remate de gol. El toque ramplón, plano, horizontal y estático, dio paso al dinanismo, la transición y a la variedad de recursos ofensivos y defensivos, como veremos en la siguiente entrega.

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